Una tarde muy fría (menos de 9º C
bajo cero), Angela Kelly salió con su
hijo al patio para jugar a hacer burbujas con una solución casera hecha a base
de agua, jabón y jarabe de karo.
Apenas soplaron algunas burbujas,
notaron que las más pequeñas se congelaban en el aire... y las más grandes se
congelaban al tocar el suelo. Ante tal descubrimiento Angela corrió por su cámara
para documentar su hallazgo.
Las burbujas las estaban haciendo
sobre la mesa y sobre el cofre de su coche. También notaron ella y su hijo que
a veces las burbujas se desinflaban y creaban formas extrañas. En ocasiones se
rompían por completo y parecían cascaras de huevo. Otros mantenían su forma y
se quedaban como pequeñas esferas de cristal…
Os dejamos las fotografías de
aquella tarde tan gélida, porque estas bolas de jabón son realmente bonitas,
¿no os parece?
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