Hay una artista llamada Shelley Miller que sorprende allí por
donde va. Y es que su obra es diferente al resto. Hace murales, pero con una técnica
muy peculiar. Los únicos materiales que utiliza son: pintura comestible,
azúcar, escarcha y hielo.
La obra de esta artista no deja
indiferente a nadie. Realiza reproducciones exactas de mosaicos que reflejan
escenas históricas de la industria azucarera. Dado que este tipo de murales
suelen representar escenas marítimas, se exponen comúnmente en puertos y espacios
públicos que lucen diversas gamas de azules.
La última intervención de la artista
fue en el festival de arte de Toronto. Para esa ocasión, la obra fue presentada
como “Throw-Up” y se montó en el Metro, impactando a cada uno de los que pasaban
por allí, que podían ver un enorme graffiti de motivos ornamentales como flores,
volados y firuletes.
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