El talento y la creatividad no se
desgastan ni con la edad, ni con la ilusión. La posibilidad de plasmar algo único
no abandona a los que nacieron para ser algo más y para expresar lo que se lleva
dentro, tengan los años que tengan. Desde Loquierolocompro.com
te traemos una historia de esas que no te dejan indiferente…
Hal Lasko es un pintor que se ganó su vida como tipógrafo, creando
todo tipo de fuentes y pintando letras desde cero para carteles publicitarios,
mucho antes de que la informática y el formato TTF existieran. En la guerra
sirvió como dibujante de mapas climáticos. Al regresar a Ohio, su tierra natal,
el doctor le dijo que sufría una
enfermedad llamada Maculopatía húmeda,
por lo que no podía ver correctamente el
centro de su rango de visión y fue declarado legalmente ciego.
Pero él no se decidió a dejar sus óleos y continuó pintando, hasta que no pudo más. Sin embargo, su vida cambió en el momento en que su hijo Ron le regaló un ordenador en 1999. Por aquel entonces, contaba con la edad de 85 años. Mediante una lupa, aprendió a utilizar Microsoft Paint. Los colores volvieron a su vida y desde entonces, no ha dejado de usar este lienzo digital para seguir haciendo lo que realmente le llena: pintar.
¿Y cómo se pinta con el Paint? Pixel por pixel. El anciano
comenzó a realizar pixel art, con un
estilo kitsch muy particular. Parece
que algunos dibujos están limitados por el propio programa, pero, si miramos de
cerca los cuadros de Lasko podremos
vislumbrar la complejidad de su obra, con una perfección casi matemática en
algunos trazos, pero a la vez realizando un puntillismo moderno, mezclado con
un poco del arte de 8 bit propio de la paleta de colores y de lo cuadrados de
los pixeles en el Paint.
Cada dibujo le toma cientos de
horas, y el ahora retirado tipógrafo pasa hasta 10 horas por día frente a sus
cuadros que pinta para él y para nadie más.
Esta historia se fizo famosa
desde que su nieto filmara el documental llamado “The Pixel Pinter”, donde Lasko
nos cuenta lo que es pintar (casi) con los ojos cerrados debido a su
enfermedad. Hoy este artista tiene dos pinturas suyas exhibidas en una muestra
de arte en Ohio y vende 8 de sus cuadros a un simbólico precio de 98 dólares: 1
dólar por cada año vivido. El 10% de lo
recaudado está destinado a un programa de Veteranos de Guerras Foráneas.
Buen lunes!
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