¿Nunca has pensado que los
códigos de barras son sosos y aburridos? ¿Crees que no se puede aportar ningún
toque de diseño? Steve
Simpson piensa que, sin dejar de ser funcionales, los
códigos de barras pueden ser mucho más divertidos, que hay que ser creativos.
Desde dragones a
símbolos incas, pasando por tambores, vacas, gatos o cocodrilos, Simpson ha logrado crear todo un
universo de códigos adaptados a la imagen de marca de sus clientes, entre los
que se encuentran Sweet Chilli, Smorgasboard, Snappy Flossers, Chilly Moo, entre otros.
Él mismo describe
su estilo como “Mixto”, utilizando colores muy vivos, de estilo vintage.
Pero, no os vayáis a creer que, a
pesar de sus originales diseños, estos códigos de barras dejan de ser funcionales.
El propio autor nos da estos consejos:
- Se pueden cambiar los colores, pero
hace falta un buen contraste para la correcta lectura.
- La cadena de números sólo está ahí
para ayudar a un lector humano interpretar el código de barras, ¡cambia la
maldita tipografía!
- Debe quedar un espacio en cada
extremo para que el escáner puede reconocer el principio y final del código.
- Para facilitar la lectura, debe haber
una buena línea horizontal ininterrumpida que abarque todo el código.
- Pruébelo!
Imprímelo y compruébalo utilizando una aplicación de lector de código de barras en su teléfono.
Steve Simpson es un ilustrador freelance y diseñador gráfico de
Manchester pero afincado en Dublín, Irlanda. Trabaja en las áreas de diseño de
packaging, ilustración y arte para libros infantiles por los cuales ha recibido
más de 30 premios internacionales. Ha expuesto obras con regularidad en
Londres, Los Ángeles y Nueva York.
Feliz viernes!
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