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jueves, 30 de enero de 2014

Graffitis dulces

Hay una artista llamada Shelley Miller que sorprende allí por donde va. Y es que su obra es diferente al resto. Hace murales, pero con una técnica muy peculiar. Los únicos materiales que utiliza son: pintura comestible, azúcar, escarcha y hielo. 


La obra de esta artista no deja indiferente a nadie. Realiza reproducciones exactas de mosaicos que reflejan escenas históricas de la industria azucarera. Dado que este tipo de murales suelen representar escenas marítimas, se exponen comúnmente en puertos y espacios públicos que lucen diversas gamas de azules.
 

La última intervención de la artista fue en el festival de arte de Toronto. Para esa ocasión, la obra fue presentada como “Throw-Up” y se montó en el Metro, impactando a cada uno de los que pasaban por allí, que podían ver un enorme graffiti de motivos ornamentales como flores, volados y firuletes. 

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